lunes, 12 de diciembre de 2011

Capitulo 2.

Por fin!, acabamos de llegar a Seattle, está todo nublado, apenas asoman algunos rallos de luz; por lo menos tendría buenas vistas desde la habitación, suponiendo que estábamos en suelo y el pequeño balcón de mi habitación estaba a unos...
 -¡Lissa! entra a casa, vas a cojer frío, además tengo que enseñarte donde están las cosas, sé que no es como tu antigua casa, esta es mucho mas pequeña pero, también tiene sus buenos metros cuadrados...

-Tranquilo papá seguro que estaré bien. -Dije antes de que este terminara su frase-
Empecé a caminar lentamente por aquel suelo mojado, no quería matarme el primer día. Me preocupaba, me preocupaba no saber encajar en el nuevo instituto quedaban tres días para que empezara y no quería parecer la tonta que se acaba de mudar y a la que podemos humillar facilmente... Si eso pasara y creo que no lo ara, sabré defenderme.
                                                                           *********

Dos días para el comienzo de instituto... Les echaba de menos, no sabia que podría llegar a querer tanto a cuatro amigos con los que pasaba cinco minutos en siete días de la semana. No me gusta estar con mucha gente, me agobio con facilidad, me gusta estar sola, bueno con mi Mp4, claro, o con un buen libro, pero con mi espacio. La verdad es que con Emy, Sara, Rachel & Bill me lo pasaba bien, pero siento tanto haberles defraudado... me he ido sin dar explicaciones, supongo que Caly les informara de la 'desgracia'. Algo distrajo mi atención, se oían pasos por la escalera, bajé los pies del escritorio y me quité un casco. Era Ben:
-Vamos arreglate, vas a conocer a alguien.
-Vale, ya estoy lista, solo necesito coger el móvil.
-¿Llamará Caly?
Siempre he tenido la impresión de que a Ben sigue enamorado de mi madre, pero es tan difícil saber lo que verdaderamente piensa....
-No sé, por si acaso.
Salimos dirección oeste hacia un río que pasaba por el alejado pueblo.
-¿Dónde vamos? -Dije con una curiosidad que inundaba mis múltiples pensamientos-
-¡Oh! ¡Mierda!
Se oyo un ruido que provenia del motor del viejo ford.
-¿Se a roto?
-Creo que es grave, bajare a ver que a sido.
Abrió la puerta y la cerro de golpe. Empezaba a ver una silueta, que claramente no era la de mi padre puesto que estaba apollando en el viejo ford, era un chico joven. Parecía conocer a mi padre pues le saludo muy calurosamente con una palmadita en la espalda y le ayudo a reponer el motor. Decidí bajarme y ver quien era.

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